jueves, 26 de febrero de 2015

"La felicidad no es completa sin una cabra tocando el violín"

No hay cineasta que hable mejor del amor que Richard Curtis. Sé que no todos comparten esta opinión, a algunos les parece edulcorado, a otros sin sentido y a otros les sobra Hugh Grant. Pero es que así es el amor, cada uno lo concibe de una manera, pero lo cierto es que todos lo sentimos. 

Después de este chute de glucosa, no apto para diabéticos, os voy a hablar de mi película favorita de Richard Curtis: Notting Hill, ese barrio londinense donde hay una casa con la puerta azul. Pues tras esa puerta azul vive William Thacker (Hugh Grant), propietario de
una librería de guías turísticas especializadas, divorciado y que convive con un ser humano, al que no sabría como clasificar y que se llama Spike (Rhys Ifans). El mismo día
que Ana Scott (Julia Roberts), una estrella de Hollywood, entra en su librería, acaba por mancharla con zumo de naranja y se ve metido en una historia que ni el mismo Hollywood se creería. 

Curtis en sus guiones juega con muchos factores que rondan en torno a la idea del amor: el azar, el tiempo, las circunstancias, la familia y amigos que te rodean y tu personalidad, única y maravillosa, aunque sea excéntrica y poco común. Convertir en lema de San Valentín, una frase como "Surrealista, pero bonito", solo lo puede hacer Curtis y solo quedaría bien dicha con cara de circunstancia por Hugh Grant. A esto se le suma la banda sonora, impecable, preciosa, que emociona y alimenta la emoción de seguir viendo esta película sobre la vida y las relaciones. 

Repite algunos de los patrones vistos en Cuatro bodas y un funeral: el personaje de Grant tiene una hermana rarita, con vestimentas que se podrían considerar folclóricas, una muy buena amiga de la que estuvo enamorado (en Cuatro bodas...era al revés, es Kristin Scott Thomas quien está enamorada de él) y una americana que se cruza en su camino y le cambia la vida. 

Lo mejor: TODO. Me chiflan las películas de Curtis, no lo puedo remediar. Desde las escenas románticas hasta la ironía y bromas absurdas. 

La mejor escena: el paseo de William por el mercado de Notting Hill, mientras suena Ain´t no sunshine. Maravillosa.

Lo mejor de lo mejor: verla con mi hermana y tener que pararla cuando Hugh Grant dice "Mecachis" porque no aguantamos la risa. Así es como se debe ver cine!!

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