jueves, 3 de diciembre de 2015

"Que lo que no me des y no te pida, será para la muerte" Federico García Lorca

A menudo, escuchamos como la gente se lamenta ante la muerte de un conocido "vaya, qué lástima, me hubiese gustado despedirme de él". Sin embargo, no es más que un formalismo, otra de las frases preconcebidas para decir a las puertas de un tanatorio. No es tan fácil, me resulta horrible pensar tener que despedir a alguien que quiero teniéndolo presente. Despedir a un muerto en vida es matarlo un poco más. 



Cesca Gay ha querido reflejar una despedida, una de tantas que nos obliga a protagonizar la vida. Truman cuenta la visita que Tomás (Javier Cámara) le hace a su amigo del alma, Julián (Ricardo Darín). El primero, vive en Canadá con su mujer y sus hijos, mientras el segundo vive en Madrid, con su perro Truman. Ambos pasarán cuatro días juntos rememorando su amistad, los buenos y viejos tiempos, analizando el paso del tiempo y todo lo que este conlleva, dando lugar a escenas muy naturales, creíbles, pero sobre todo, muy emotivas. 

Lo mejor de esta película son sus tres protagonistas. Javier Cámara y Ricardo Darín se
mimetizan en sus personajes con tal intensidad que olvidas estar ante una pantalla de cine y empatizas con Tomás y con Julián, olvidándote de los actores, algo muy difícil con interpretes tan conocidos como estos dos. Pero además, en los pequeños gestos está el resumen perfecto de la personalidad forjada en años de amistad: la calma en cada gesto de Tomás, la hiperactividad en las decisiones de Julián y el maravilloso Truman que, sin quererlo, se convierte en una metáfora con patas de una maravillosa amistad. Todo ello hilado con un humor y una ironía que desacraliza un poco la situación tan densa que tienen que atravesar los dos protagonistas. 

Unos secundarios de lujo terminan por bordar esta magnífica película: Paula, la prima de Julián y amiga también de Tomás (Dolores Fonzi) o Nico (Oriol Pla), el hijo de Julián que
los llevará en un viaje relámpago a Ámsterdam para verlo, convirtiéndose, sin que Julián lo quiera, en una despedida improvisada. Sin embargo, también existen cameos que están a la altura de esta notable película: Javier Gutiérrez, Silvia Abascal (no pronuncia una palabra, pero la presencia de esta mujer en pantalla es fantástica), Eduard Fernández, Natalie Poza, Pedro Casablanc, Alex Brendemühl, José Luís Gómez y la siempre espléndida, Elvira Mínguez que interpreta a Gloria, la ex-mujer de Julián. 

Lo mejor: la mistad de Tomás y Julián. La vida misma. 

La mejor escena: las dos despedidas, Ámsterdam y el aeropuerto. 

¿Por qué la recomiendo?: porque a pesar de que parezca lo contrario, es un canto a la vida y a la amistad, a la que solemos relegar a algo secundario porque conocemos su fortaleza. Nunca se le rinde el suficiente homenaje a una amistad, nunca se le dedica el suficiente tiempo. 

P.S: Ricardo Darín y Javier Cámara recibieron la Concha de Plata a Mejor Actor por Truman en la pasada edición del Festival de San Sebastián. 



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